Ansiedad

La ansiedad consiste en una preocupación excesiva, juntamente con una alta activación física (sudoración, taquicardia, hiperventilación, sensación de ahogo o presión en el pecho, insomnio, etc) que provoca un elevado malestar.

 

Tras un episodio de ansiedad la persona tiene tendencia a reaccionar con miedo hacia la propia ansiedad, lo que retroalimenta el trastorno. Es como un pez que se muerde la cola: la propia ansiedad genera más ansiedad.

Hay veces en las que la ansiedad está claramente asociada a un acontecimiento específico, en ocasiones traumático, pero otras veces no se sabe porqué aparece, ya que no hay un detonante concreto. Sin embargo puede desactivarse el funcionamiento de la ansiedad a través de estrategias terapéuticas.

Niños/as con ansiedad

En niños es habitual la ansiedad de separación, que consiste en un miedo intenso a estar separado de las figuras de apego, tradicionalmente los padres. Son niños muy preocupados por si les pasa algo a los padres, y que necesitan estar cerca de los padres con actitud vigilante hacia su bienestar. Se preocupan en exceso si tardan unos minutos en recogerlos del colegio, incluso pueden no querer ir a la escuela para no separarse de ellos. En ocasiones piden dormir en la cama de los padres, se niegan a salir de excursión o de colonias, y necesitan la confirmación de que en el futuro inmediato los padres estarán a su lado.